Diversificación estratégica contra la desindustrialización: ¿Reubicación en Europa Central y Oriental o externalización?

¿No tiene tiempo para leer el artículo completo? Escuche el resumen en 2 minutos. Alemania está sufriendo una ola de desindustrialización demasiado fuerte como para dominarla a corto plazo. Los fabricantes de automóviles, que han sido el motor de la economía del país, se enfrentan a retos que requieren una acción estratégica inmediata. Entre los muchos planes contraproducentes, la diversificación de la huella de fabricación hacia las superpotencias automovilísticas de la región de Europa Central y Oriental ha surgido como una poderosa alternativa a la subcontratación. Para los fabricantes de automóviles y otras industrias profundamente afectadas por el aumento de los costes operativos y los precios de la energía, la decisión de externalizar o trasladar sus fábricas dentro de Europa Central y Oriental (ECE) es confusa, complicada, pero muy crítica. Aquí analizaremos los pros y los contras de ambos enfoques y los compararemos específicamente para los fabricantes de automóviles y otras industrias de alto riesgo. Al final, se dará cuenta de por qué trasladar la producción a los países de la CEE puede ser una alternativa mejor. La batalla de la industria automovilística contra la desindustrialización Durante años, la industria automovilística alemana ha sido el factor impulsor de su legado industrial. Sin embargo, la reciente desindustrialización del país debida a factores como el aumento de los precios de la energía, la creciente escasez de mano de obra y las incertidumbres geopolíticas han traído el fin del sector. La escalada de los costes energéticos ha empeorado las cosas, ya que la industria automovilística depende en gran medida de líneas de producción ininterrumpidas y del acceso a la energía. Los fabricantes buscan desesperadamente formas de adaptarse y diversificar estratégicamente sus operaciones para preservar la competitividad y mantener la rentabilidad, y la externalización y la deslocalización de fábricas aparecen como las dos principales soluciones. ¿Por qué la externalización se queda corta en la batalla de la desindustrialización? La externalización puede ser una estrategia muy utilizada en todo el mundo, pero tiene su propio conjunto de riesgos que perjudican el futuro a largo plazo de su empresa. Especialmente en sectores como la fabricación de automóviles, que dependen de sólidas medidas de control de calidad, tecnologías patentadas y complejas cadenas de suministro. Echemos un vistazo a algunas razones clave para entender por qué la externalización no es la herramienta más vital para luchar contra la desindustrialización como fabricante alemán de automóviles: 1. Cuando se externaliza la fabricación, las empresas pierden el control directo sobre el proceso de producción. Es posible que los socios de externalización no se adhieran a los mismos estándares de calidad o innovación, lo que conduce a una disminución del producto final. Para las empresas arraigadas en la fabricación de precisión -como las del sector automovilístico alemán- esta pérdida de control supone una grave amenaza para la reputación de su marca. 2. La comunicación se hace más difícil cuando se externaliza la producción a regiones lejanas. Sus proveedores utilizarán idiomas distintos, tendrán culturas diferentes y trabajarán en sus zonas horarias preferidas. La eficiencia operativa de su empresa se resentirá en este caso. 3. 3. Riesgos de propiedad intelectual Si subcontrata producciones a una región con leyes de propiedad intelectual poco definidas o débiles, su propiedad intelectual corre el riesgo de ser robada. Si le roban sus diseños, técnicas e innovaciones de vanguardia, su empresa estará condenada al fracaso y el caos será inimaginable. 4. Dependencia de socios externos Usted está a merced de sus socios de externalización cuando les entrega sus producciones. Si no cumplen los objetivos de producción o no ofrecen una calidad homogénea, está usted perdido. Su cadena de suministro se verá afectada y los tiempos de inactividad son inminentes. Debido a estos retos, la subcontratación no es lo más adecuado si está intentando defenderse de los ataques de la desindustrialización. Por el contrario, la diversificación de la huella de fabricación hacia las superpotencias automovilísticas de la región de Europa Central y Oriental ofrece una alternativa más controlada y fiable a la externalización. Los países de Europa Central y Oriental se han convertido últimamente en los lugares ideales para la deslocalización de fábricas debido a su gran proximidad, sus competitivos mercados laborales y sus importantes inversiones en infraestructuras. Analicemos las principales ventajas de trasladarse a países de Europa Central y Oriental como Polonia, Hungría, Eslovaquia y la República Checa. 1. Proximidad a Alemania: Mayor control y logística más sencilla La deslocalización de fábricas a los países de Europa Central y Oriental ofrece ventajas geográficas que no tienen los destinos de subcontratación de Asia o Sudamérica. Estos países están tan cerca de Alemania que la gestión de las operaciones resulta más sencilla y no habrá que enfrentarse a ningún problema con la cadena de suministro. Esta proximidad permite a las empresas mantener el tan necesario control sobre sus operaciones, al tiempo que reduce significativamente los costes de transporte y los plazos de entrega. Por ejemplo, Eslovaquia se está convirtiendo en el próximo líder de la fabricación de automóviles en Europa. El país ofrece infraestructuras e instalaciones avanzadas, y una mano de obra increíble que está altamente cualificada pero trabaja con salarios bastante bajos. 2. Los países de Europa Central y Oriental cuentan con avanzados programas educativos y de formación profesional. El talento que se produce aquí no sólo es capaz, sino altamente adaptable a las tecnologías de fabricación avanzadas. Además, exigen salarios significativamente más bajos que en Alemania. Para los fabricantes alemanes, es nada menos que una bendición, ya que pueden reducir los costes operativos sin sacrificar la calidad de sus productos. 3. Los países de Europa Central y Oriental se rigen por la normativa de la UE, por lo que no tendrá que preocuparse por problemas de cumplimiento, ya que la transición será fluida. Sin embargo, cuando se externaliza la producción, se corre el riesgo de una desalineación normativa con las leyes de cumplimiento, medioambientales y laborales. Y lo que es más importante, las empresas automovilísticas alemanas pueden mantener un estricto cumplimiento de las políticas medioambientales de la UE trasladándose a países de Europa Central y Oriental. Se trata de un aspecto crucial, pues ya se enfrentan a un inmenso escrutinio sobre las normas de emisiones. Por lo tanto, existe la garantía de que las fábricas reubicadas seguirán las directrices legales y éticas necesarias para evitar costosas multas reglamentarias y daños a la reputación. 4. Los países de Europa Central y Oriental han invertido mucho en mejorar sus infraestructuras para acoger la afluencia de fabricantes extranjeros. Ya se trate de redes de carreteras y ferrocarriles, telecomunicaciones o suministros de energía, estas naciones han desarrollado la infraestructura necesaria para apoyar operaciones de fabricación complejas. Para los fabricantes de automóviles, donde la eficiencia en las cadenas de suministro es vital, las redes logísticas bien establecidas en los países de Europa Central y Oriental permiten una integración perfecta en las cadenas de suministro globales, garantizando la continuidad de la producción y la capacidad de recuperación incluso durante períodos de interrupción global. 5. A menudo, la externalización aparece como la solución rápida para reducir los costes operativos, pero puede acabar descuidando los inconvenientes a largo plazo que afectan al futuro de su empresa. En el

Aumentar el valor para el accionista y contrarrestar la desindustrialización: Deslocalización de CEE frente a externalización

¿No tiene tiempo para leer el artículo completo? Escuche el resumen en 2 minutos. El panorama industrial alemán está sufriendo un cambio sísmico a medida que la desindustrialización se acentúa. Las empresas pueden adaptarse con acciones estratégicas o esperar a quedarse obsoletas. La presión por aumentar el valor para el accionista manteniendo la eficiencia operativa se ha convertido en una amenaza existencial. Las empresas tienen dos opciones para mantener la rentabilidad, la competitividad y el dominio de los mercados mundiales: externalizar la producción y trasladar las fábricas a los PECO. Aquí exploraremos cómo la deslocalización a la CEE puede impulsar el crecimiento de los accionistas y, al mismo tiempo, contrarrestar los efectos de la desindustrialización. También se dará cuenta de por qué es el remedio más estable y rentable para las empresas que intentan hacer frente a las complejidades de la fabricación moderna. ¿Cómo afecta la desindustrialización a los accionistas? Alemania, el país que una vez fue la potencia industrial de Europa, se está hundiendo debido a las consecuencias de la desindustrialización. Los costes de la energía están en máximos históricos, hay escasez de mano de obra cualificada, la normativa es cada vez más estricta y las tensiones geopolíticas tampoco ayudan. Las empresas, especialmente las de industrias de alto esfuerzo y alto riesgo como las de automoción, química, aeroespacial y maquinaria, deben replantearse sus estrategias. Este cambio drástico ha dejado preocupados a los accionistas. Las empresas no consiguen mantener la competitividad y la rentabilidad, y el valor de sus acciones disminuye, lo que erosiona el valor para los accionistas. Así pues, la necesidad de alternativas viables para sustituir la producción nacional es imperiosa. En este punto, entra en juego la decisión táctica de elegir entre la externalización y la deslocalización de fábricas a países de Europa Central y Oriental. Si se opta por la primera para ahorrar a corto plazo, se está haciendo mal. A continuación explicamos el "por qué". ¿Por qué la externalización no protege el valor para el accionista? Los expertos recién fundados y las personas que sólo tienen conocimientos teóricos suelen recomendar la externalización a las empresas alemanas para resolver sus problemas. Las atraen presentándola como una opción atractiva para recortar costes y mejorar el rendimiento para los accionistas a corto plazo. No se equivocan del todo, ya que trasladar la producción a regiones de bajo coste como Asia o Sudamérica ayuda a las empresas a reducir los costes laborales y minimizar la inversión de capital. Sin embargo, la medida plantea riesgos críticos que son devastadores para el crecimiento de los accionistas a largo plazo. 1. 1. Pérdida de control sobre la calidad y la innovación La externalización conlleva una pérdida de control sobre el proceso de producción, lo que a su vez provoca una disminución de la calidad del producto. Esto afecta directamente a la satisfacción del cliente y a la reputación de la marca, lo que en última instancia reduce el valor para el accionista. También dificulta la gestión de la innovación, uno de los principales motores del crecimiento de los accionistas. Es posible que su socio de externalización no tenga el mismo compromiso o capacidad para desarrollar e implantar nuevas tecnologías y procesos. 2. Barreras de comunicación y riesgos para la cadena de suministro Cuando se subcontrata a regiones lejanas con diferencias lingüísticas, culturales y horarias, las ineficiencias operativas se vuelven persistentes. Esto puede provocar interrupciones operativas y crear instancias de generación de ingresos incoherentes para los accionistas. También hace que su cadena de suministro sea vulnerable. Los acontecimientos geopolíticos, las catástrofes naturales y otros factores pueden interrumpir fácilmente el flujo global de bienes y materiales y crear cuellos de botella en la producción. Esto puede provocar retrasos en los proyectos y dañará su posición en el mercado, afectando al flujo de caja y perjudicando el crecimiento de los accionistas. 3. La externalización incluye el riesgo de robo de propiedad intelectual y violación de datos, que puede ser devastador para las empresas que dependen en gran medida de tecnologías patentadas y datos sensibles, como los fabricantes alemanes de automoción y electrónica. Incluso las principales regiones de externalización tienen marcos jurídicos débiles en materia de datos y propiedad intelectual. Por lo tanto, proteger sus innovaciones clave y procesos únicos no es fácil, e incluso puede acabar teniendo costosas batallas legales o enfrentándose a competidores no autorizados, lo que erosiona aún más el valor para los accionistas. ¿Por qué la deslocalización de CEE es la mejor estrategia para el crecimiento de los accionistas? Por otro lado, la deslocalización de fábricas a Europa Central y Oriental (ECE) es un enfoque más sostenible para mejorar el crecimiento de los accionistas con los mínimos retos. Países como Hungría, Polonia, Bulgaria, Rumanía y la República Checa se están convirtiendo en destinos preferentes para los fabricantes alemanes debido a la larga lista de ventajas que ofrecen: 1. Las empresas pueden tener pleno control sobre las actividades operativas habituales cuando trasladan sus fábricas a la región de Europa Central y Oriental. Esto garantiza el mantenimiento de los estándares de calidad, las iniciativas innovadoras y los niveles de productividad. Países como Polonia, Hungría y Eslovaquia cuentan con un entorno estable y favorable a las empresas que facilita la calidad constante de los productos y la puntualidad de las entregas. Esta estabilidad mejora el valor de la empresa y aumenta, a su vez, el rendimiento para los accionistas. 2. La región de Europa Central y Oriental presenta numerosas oportunidades para ahorrar costes sin sacrificar la calidad. Los costes laborales aquí son significativamente más bajos que en Alemania, pero el talento está igualmente cualificado. Esto la convierte en una opción increíble para las empresas manufactureras. Por ejemplo, Polonia se ha convertido en un centro popular por la abundancia de talento bien cualificado dispuesto a trabajar con salarios nominales. Esto permite a las empresas encontrar el equilibrio óptimo entre el mantenimiento de altos niveles de producción y la reducción simultánea de los costes operativos. Además, estos países han realizado notables inversiones en infraestructuras, incluidas redes de transporte, suministro energético y telecomunicaciones. Esto minimiza los retos logísticos y reduce las ineficiencias para crear un marco de producción más fluido. 3. Proximidad y reducción de los riesgos de la cadena de suministro Los países de Europa Central y Oriental tienen una ventaja geográfica sobre lugares de externalización como Asia o Sudamérica. Esto aporta ventajas logísticas, ya que los productos pueden llegar a los mercados alemán y mundial con mayor rapidez y fiabilidad. Las cadenas de suministro más cortas también permiten a su empresa gestionar mejor las posibles interrupciones, haciendo que la producción sea más resistente en medio de las incertidumbres mundiales. Para los accionistas, esto garantiza la continuidad de las operaciones, reduce el tiempo de inactividad de la producción y mantiene a la empresa en el buen camino para cumplir sus objetivos de ingresos. 4. Alineación normativa con la UE Cuando se intenta externalizar a regiones lejanas, es habitual que se produzcan desajustes normativos, sobre todo cuando las operaciones se trasladan a un lugar con leyes laborales, normativas medioambientales y normas de protección de datos más débiles. Sin embargo, el traslado a la CEE le protege de esto, ya que estos países son miembros de la Unión Europea (UE). Por lo tanto, siguen una normativa estricta establecida por la UE. Garantiza que su empresa cumpla bien la normativa y evita costosos problemas legales, sanciones e interrupciones de la producción. Esto ayuda a las empresas a salvaguardar

Equilibrio entre control, eficiencia y desindustrialización: Deslocalización de fábricas en Europa Central y Oriental frente a externalización

¿No tiene tiempo para leer el artículo completo? Escuche el resumen en 2 minutos. A medida que la desindustrialización se apodera de Alemania, las empresas deben encontrar desesperadamente alternativas para mantener el control operativo y la eficiencia al tiempo que gestionan los costes. De lo contrario, los efectos de esta terrible tendencia las hundirán, sus competidores tomarán el relevo y sus nombres pasarán a formar parte de la historia. Una estrategia clave que conocían los fabricantes alemanes era la externalización. Sin embargo, conllevaba riesgos asociados críticos de los que ahora son conscientes. La deslocalización de fábricas a Europa Central y Oriental (ECE) ha surgido ahora como un método más sostenible, fructífero y resistente. A continuación, exploraremos por qué la deslocalización de fábricas a Europa Central y Oriental es la forma correcta de equilibrar el control y la eficiencia durante el reinado de la creciente desindustrialización en Alemania, y de mantenerlos en comparación con la externalización, la solución tradicional a la que se recurre, pero centrada en el corto plazo. ¡Sigamos adelante! Explorando la crisis de la desindustrialización en Alemania Una mezcla de factores arrastró conjuntamente a Alemania a la trinchera de la desindustrialización. Entre ellos se encuentran principalmente los elevados costes energéticos, las estrictas normativas y las incertidumbres geopolíticas. Esto ha hecho que varias industrias, sobre todo las de la automoción, la química y la siderurgia, hayan perdido su ventaja competitiva. Un informe del Instituto Económico Alemán (IW) reveló que los costes de la energía para las empresas industriales en Alemania aumentaron en la asombrosa cifra de 70% entre 2010 y 2024, sobre todo debido al aumento de los precios de la electricidad y la escasez de gas. La pandemia de COVID-19 y la crisis energética debida al desmoronamiento de las relaciones con Rusia empeoraron las cosas. Las empresas se sienten presionadas para encontrar formas rentables de mantener la producción. Como resultado, las empresas se ven obligadas a buscar ubicaciones alternativas con costes operativos competitivos, mercados laborales y normativas similares para sobrevivir sin sacrificar el control y la eficiencia. ¿Puede la externalización proteger eficazmente a su empresa contra la desindustrialización? La externalización ha sido la solución a la que han recurrido las empresas alemanas para enfriar sus elevados costes operativos. Sin embargo, hay desventajas críticas que pueden obstaculizar la estabilidad de su empresa a largo plazo. En concreto, puede acabar luchando por mantener el control y la eficiencia. La pérdida de control operativo La externalización a regiones lejanas como Asia o Sudamérica puede reducir los costes de forma inmediata. Sin embargo, acabará perdiendo el control directo sobre procesos empresariales críticos. Un estudio de PwC reveló que 43% de los ejecutivos creen que la externalización limita su capacidad para controlar adecuadamente la calidad y los plazos de producción. Las empresas alemanas suelen tener dificultades para mantener la calidad cuando externalizan a regiones con hábitos y entornos de trabajo diferentes. Esto es especialmente evidente en el caso de la ingeniería y otras industrias de alta precisión. Si no se dispone de una línea directa de control, los errores en la producción pueden provocar retrasos, retiradas o daños en la producción, que son algunas de las peores pesadillas para la eficiencia operativa. Retos de comunicación y coordinación La comunicación eficaz es primordial para lograr una elevada eficiencia operativa, pero la externalización la perturba. Según un informe de Deloitte, el 32% de las empresas experimentan retrasos peligrosos en sus proyectos debido a los problemas de comunicación que surgen cuando la externalización se realiza en una región con diferencias lingüísticas y horarias. Una comunicación incoherente alarga el proceso de toma de decisiones, estropea la coordinación y desvía la atención de los objetivos estratégicos. Riesgos para la seguridad de los datos y la propiedad intelectual Otra desventaja crítica de la externalización es el mayor riesgo para la seguridad de los datos y la propiedad intelectual (PI). Según una encuesta de McKinsey, más de 25% de las empresas afirman sufrir robos de PI cuando externalizan la fabricación a regiones con marcos jurídicos más débiles. Para las industrias que dependen de la innovación -como la automoción o la electrónica-, perder el control sobre la tecnología patentada o los datos confidenciales puede ser devastador. Muchas regiones populares para la subcontratación, como China y la India, carecen de una sólida protección jurídica de la propiedad intelectual. Esto hace que las empresas sean vulnerables a la falsificación de productos, las infracciones de patentes o el uso no autorizado de la tecnología, poniendo en riesgo el crecimiento a largo plazo. ¿Es la deslocalización de fábricas a los PECO la mejor manera de equilibrar control y eficiencia en medio de la desindustrialización? El traslado de fábricas a países de Europa Central y Oriental, como Polonia, Hungría y la República Checa, ofrece una alternativa mucho más estable y eficiente que la externalización. Permite a las empresas mantener un mayor control operativo al tiempo que se benefician de una mano de obra cualificada y de unos costes operativos más bajos. Proximidad geográfica y alineación cultural ¿Cuál es la ventaja más prometedora de la deslocalización a CEE? La proximidad. Un estudio de la Comisión Europea reveló que la deslocalización de fábricas a países como Polonia, Chequia o Hungría reduce los costes de transporte entre un 40 y un 50% en comparación con la externalización. Además, estos países están a sólo unas horas por carretera o ferrocarril de Alemania. Así, se puede controlar fácilmente la producción, introducir cambios y responder a tiempo a las crisis operativas. El alineamiento cultural entre Europa Occidental y los países de Europa Central y Oriental garantiza que la comunicación y la colaboración sean fluidas y sin fisuras. Reduce la probabilidad de malentendidos, que suelen existir con la externalización. Control normativo y gestión del cumplimiento adecuados Los países de Europa Central y Oriental forman parte de la Unión Europea (UE), por lo que se adhieren al mismo nivel de normas reguladoras que Alemania. Si su empresa se deslocaliza a CEE, se enfrentará a menos problemas de cumplimiento normativo. El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE está en vigor. Garantiza que su empresa disfrute de sólidas protecciones de seguridad de datos y se mantenga libre de preocupaciones ante el riesgo de robo de propiedad intelectual o violación de datos. Ventajas operativas: Mano de obra cualificada con salarios más bajos Los países de Europa Central y Oriental, como Polonia, Hungría y la República Checa, ofrecen una amplia reserva de trabajadores altamente cualificados fácilmente disponibles con salarios competitivos debido a sus fuertes inversiones en educación técnica y programas de formación. Un estudio de Eurostat reveló que el salario medio del sector manufacturero en los PECO es entre 50 y 60% más bajo que en Alemania. Por tanto, las empresas pueden aprovechar el menor coste de la mano de obra sin comprometer la calidad de las cualificaciones para mejorar la eficiencia operativa. Infraestructuras sólidas y logística sencilla Los PECO han desarrollado infraestructuras modernas y eficientes, que desempeñan un papel vital a la hora de garantizar una logística fluida y minimizar los retrasos. Según el Índice de Desempeño Logístico del Banco Mundial, países como Polonia y Hungría se sitúan entre los 25 primeros del mundo en infraestructuras logísticas, lo que garantiza que las empresas se beneficien de redes de transporte fiables, suministro energético y conectividad digital. Estas ventajas logísticas reducen los riesgos de retrasos, recortan los costes de transporte y garantizan una integración perfecta en las cadenas de suministro europeas. Así, no tendrá que preocuparse por las interrupciones de la cadena de suministro y su empresa seguirá siendo resistente incluso en condiciones turbulentas. Solución de crecimiento a largo plazo Trasladarse a la CEE

Mitigar la desindustrialización: Deslocalización en Europa Central y Oriental frente a externalización en busca de valor para el accionista

¿No tiene tiempo para leer el artículo completo? Escuche el resumen en 2 minutos. Las oscuras nubes de la desindustrialización se ciernen sobre el panorama industrial alemán, formadas por el aumento de los costes operativos, las crisis energéticas y las presiones normativas. Amenazan la rentabilidad y el valor para el accionista, mientras las empresas luchan por el sol del crecimiento. Si es usted empresario en Alemania, estrategias alternativas como la externalización y la deslocalización de fábricas a Europa Central y Oriental (ECE) pueden ser su refugio más necesario. Ofrecen oportunidades de ahorro de costes, protegen la eficiencia operativa y mantienen la competitividad global. Sin embargo, es difícil elegir uno. Esta guía en profundidad comparará ambas estrategias para entender cuál mitiga mejor los riesgos de desindustrialización y salvaguarda el valor para el accionista. Sumerjámonos en el tema. ¿Cuáles son los principales riesgos de la desindustrialización? La desindustrialización se refiere al fenómeno de la disminución o supresión de la actividad industrial y el empleo en un país, especialmente en las industrias manufactureras y pesadas. Alemania ha sido la principal víctima de esta terrible tendencia debido a una mezcla de factores. En Alemania, la desindustrialización está marcada por varios riesgos que perjudican a las empresas industriales: Aumento de los costes energéticos: Los sectores intensivos en energía, como el manufacturero, se enfrentan a precios insostenibles de la electricidad y el gas. En 2023, los costes energéticos industriales de Alemania se situaban entre los más altos de Europa, con un aumento de 45% en los dos últimos años, según Eurostat. Ineficiencia operativa: Las estrictas regulaciones, junto con las interrupciones de la cadena de suministro y la escasez de mano de obra, y la disminución de la moral laboral están contribuyendo a reducir la eficiencia operativa y la competitividad. Disminución de la productividad: Las empresas alemanas son conocidas desde hace tiempo por sus elevados niveles de productividad. Sin embargo, el reciente cambio de panorama la ha obstaculizado drásticamente. Si su empresa se enfrenta a problemas similares, debe tomar medidas tácticas oportunas. Impacto de los riesgos de la desindustrialización en el valor para el accionista Los riesgos que conlleva la creciente desindustrialización están erosionando el valor para el accionista y haciendo sufrir a las empresas alemanas. El aumento de los costes está destruyendo los márgenes, lo que hace muy difícil mantener la rentabilidad. Esto hace tambalearse la confianza de los inversores y lleva a las empresas a arañar capital y buscar nuevas oportunidades de inversión. Si no se gestiona con prontitud, la situación puede provocar daños a largo plazo, lo que apunta al probable fin de las empresas. Incluso los más grandes están preocupados. Las empresas deben aplicar estrategias rápidas para mitigar los riesgos de la desindustrialización. La deslocalización de fábricas a la CEE y la externalización han surgido como las dos soluciones óptimas. Sin embargo, debe seleccionar el enfoque más idóneo para su empresa. Le ayudaremos a decidir qué plan le conviene más: Externalización del control de calidad y optimización de procesos: Aunque la externalización a lugares lejanos como Asia o Sudamérica puede parecer rentable, a menudo da lugar a un menor control de la calidad. Según un informe de KPMG, 41% de las empresas se enfrentan a problemas de calidad en las operaciones externalizadas. Deslocalización de CEE: Por otro lado, la deslocalización de fábricas a países de Europa Central y Oriental permite a las empresas mantener una mayor supervisión de la producción. La gran proximidad de esta región a Alemania y la adecuada alineación con las normas de calidad de la UE garantizan una sólida garantía de calidad. Por ejemplo, las empresas de Polonia y Hungría se benefician de una mano de obra altamente cualificada con experiencia en fabricación, lo que garantiza el mantenimiento de la calidad a un coste competitivo. Ganador: La deslocalización de CEE permite optimizar mejor los procesos y controlar la calidad. Seguridad de los datos y externalización de la propiedad intelectual: En muchos destinos de externalización de bajo coste, las protecciones legales de la propiedad intelectual (PI) y la seguridad de los datos son más débiles, lo que hace que las empresas alemanas sean vulnerables al robo de PI. Un estudio de McKinsey reveló que el 22% de las empresas que subcontratan a regiones no pertenecientes a la UE se enfrentan a importantes problemas de seguridad de los datos, lo que no es ninguna sorpresa. Deslocalización a CEE: Al reubicarse en países de Europa Central y Oriental dentro de la UE, las empresas se benefician de una sólida normativa de protección de datos en virtud del GDPR, ya que el marco salvaguarda la propiedad intelectual y la información patentada, reduciendo los riesgos y cosechando recompensas. Ganador: Deslocalización en CEE, debido a la sólida seguridad de la propiedad intelectual y las leyes de protección de datos. Externalización de la comunicación y la coordinación: Gestionar operaciones desde lugares distantes es difícil. Las lagunas de comunicación amplifican los problemas. Son inevitables, ya que las regiones de externalización tienen idiomas, culturas y husos horarios diferentes. Según un informe de PwC, 30% de las empresas sufren retrasos y malentendidos cuando externalizan operaciones a regiones lejanas como China, India y Filipinas. Esto crea ineficiencias y deja insatisfechos a los accionistas. Deslocalización a los PECO: Trasladar las fábricas a países de Europa Central y Oriental minimiza estos problemas. Estos países tienen una proximidad cultural y geográfica con Alemania. Esto garantiza una comunicación y coordinación más fluidas. También se minimizan las barreras lingüísticas y las diferencias horarias son insignificantes, lo que permite una colaboración más eficaz. Ganador: Deslocalización CEE, gracias a la alineación cultural y la proximidad. Proximidad del mercado y externalización logística: Los retos logísticos son habituales en centros de externalización distantes como Asia. Habrá que soportar largos tiempos de envío, mayores costes de transporte y complejos procesos aduaneros. Esto hace que a las empresas alemanas les resulte más difícil satisfacer a tiempo las demandas de los clientes europeos. Traslado a CEE: Los PECO se integran perfectamente en la cadena de suministro europea. El informe de Eurostat también destacaba que los costes de transporte de los países de la CEE son 30-40% más bajos que los de Asia. Cuando los plazos de entrega son más cortos, su empresa puede responder rápidamente a las demandas del mercado. Ganador: Deslocalización CEE, por proximidad y menores costes logísticos. Eficiencia de costes y oportunidades de innovación Externalización: La subcontratación de operaciones a proveedores de Asia o Sudamérica ofrece oportunidades de ahorro de costes a corto plazo. Sin embargo, los riesgos como la mala calidad de la producción, los retrasos en la entrega y la vulnerabilidad de la propiedad intelectual los superan con creces. Por tanto, no hay potencial de crecimiento futuro. Deslocalización de CEE: Aunque los costes laborales en los países de Europa Central y Oriental son 40-60% más bajos que en Alemania (Foro Económico Mundial), estas naciones también cuentan con una mano de obra técnicamente cualificada. Esto permite a las empresas impulsar la innovación sin sacrificar la rentabilidad. Como se puede acceder a una reserva de talento altamente cualificado con salarios nominales, es una solución a largo plazo para el crecimiento del valor para el accionista. Ganador: La deslocalización de CEE proporciona ahorro de costes y potencial de innovación a largo plazo. Externalización de infraestructuras y mano de obra: Los destinos de externalización como el Sudeste Asiático pueden ofrecer salarios competitivos, pero la infraestructura suele estar subdesarrollada en comparación con Europa. Cuando la red de transportes es deficiente, no se pueden evitar los retrasos operativos y las ineficiencias. Deslocalización en Europa Central y Oriental: Países como Polonia, Hungría y la República Checa han realizado grandes inversiones en infraestructuras industriales. Según el Banco Mundial, Polonia se encuentra entre las 25 primeras naciones del mundo por

Navegando por la desindustrialización: Deslocalización de fábricas en Europa Central y Oriental frente a externalización y pérdida de control

¿No tiene tiempo para leer el artículo completo? Escuche el resumen en 2 minutos. En medio de la caótica desindustrialización de Alemania, las industrias se enfrentan a amenazas como el aumento de los costes operativos, la escasez de energía y la feroz competencia mundial. Las empresas buscan estrategias alternativas, como la externalización, para contrarrestar estos problemas y mantener su competitividad a escala mundial. Sin embargo, la externalización no es una alternativa infalible. Si se opta por ella, se corre el riesgo de perder el control, reducir la calidad y depender demasiado de socios externos. Esto nos lleva a nuestra otra opción, que es bastante mejor y le permite mantener el control de su negocio al tiempo que ahorra dinero: la deslocalización de la fábrica a países de Europa Central y Oriental, como Eslovaquia, Chequia, Hungría, Polonia, Rumanía, Serbia, etc. Esta región está demostrando ser una mina de oro para las operaciones. Aquí exploraremos por qué la deslocalización de fábricas en CEE para contrarrestar la desindustrialización de Alemania es una solución más estable y eficaz que la externalización para las empresas. Avancemos un poco más para entender cómo el traslado de fábricas a esta región de gran potencial puede transformar las empresas alemanas y proporcionarles la estabilidad operativa que necesitan para sobrevivir y prosperar en tiempos difíciles. Comprender el grave impacto de la desindustrialización en las empresas alemanas Alemania, que antaño fue un ejemplo industrial, atraviesa ahora una fase creciente de desindustrialización. Sus industrias se ven profundamente afectadas por factores como los elevados precios de la energía, las estrictas normativas, las interrupciones de la cadena de suministro y los cambios en los mercados laborales. De ahí que sea habitual que su empresa tenga dificultades para mantener la producción a niveles competitivos. Esto es claramente visible en sectores de gran consumo energético como la automoción, la siderurgia y la industria química, donde el aumento de los costes de la electricidad y el gas ha obligado a las empresas a reevaluar sus operaciones. Los costes de la energía en Alemania han sido recientemente de los más altos de Europa, lo que afecta directamente a la competitividad de la industria manufacturera. Las empresas ya han empezado a trasladar sus operaciones al extranjero. Esto ha hecho saltar las alarmas sobre el futuro industrial a largo plazo del país y ha llevado a muchas empresas a buscar soluciones más cerca de casa, con los países de Europa Central y Oriental emergiendo como opción principal para la deslocalización. Sin embargo, algunas empresas han optado por la "externalización" para hacer frente al caos. ¿Por qué la externalización no es la forma ideal de contrarrestar la desindustrialización en Alemania? La externalización de operaciones a lugares lejanos como Asia o Sudamérica ha sido una estrategia común para reducir costes utilizada por las empresas alemanas. Sin embargo, conlleva ciertos riesgos. La pérdida de control sobre aspectos críticos del negocio es el más amenazador. Una preocupación importante es la dificultad de mantener los niveles de calidad cuando se externaliza la producción. Las empresas alemanas, conocidas por su precisión de ingeniería y sus normas de alta calidad, a menudo descubren que la calidad disminuye cuando la fabricación se traslada a países con costes más bajos y entornos normativos menos estrictos. Su empresa puede enfrentarse a problemas como la calidad irregular de los productos, retrasos en las entregas y dificultades para aplicar nuevas técnicas e innovaciones. Además, las barreras de comunicación son inevitables cuando se externaliza a regiones con idiomas, culturas y husos horarios diferentes. Esto puede provocar retrasos en los proyectos, malentendidos y una reducción general de la eficiencia operativa. Cuanto más se aleja la producción de la base de la empresa, más difícil resulta gestionar las actividades cotidianas y mantener la alineación con los objetivos estratégicos de la empresa. Y lo que es más importante, la externalización plantea riesgos para la seguridad de los datos y la propiedad intelectual. En regiones con una protección jurídica más débil de la propiedad intelectual, las empresas alemanas pueden tener dificultades para salvaguardar sus diseños, procesos e innovaciones. Su empresa puede correr el riesgo de enfrentarse a costosas batallas legales que resulten devastadoras o incluso encontrarse con el uso no autorizado de tecnología patentada por parte de terceros, lo que a menudo da lugar a competidores inmortales. ¿Cómo surge la deslocalización de fábricas a países de Europa Central y Oriental como mejor alternativa? Los expertos han optado por la deslocalización de fábricas a países de Europa Central y Oriental como alternativa mucho más estable a la externalización. Permite a las empresas alemanas conservar un mayor control sobre sus operaciones. Esta región ofrece un entorno empresarial favorable con proximidad a Alemania, lo que facilita la supervisión y las colaboraciones. La geografía y la cultura de esta región son increíblemente similares a las de Alemania, lo que deja margen para que los retos logísticos y las barreras de comunicación sean mínimos en comparación con los principales lugares de externalización, que tienen culturas y geografías diferentes. Además, los marcos normativos de los países de Europa Central y Oriental se ajustan adecuadamente a las normas de la UE. Esto garantiza que su empresa pueda mantener el mismo nivel de control de la calidad y la innovación que lograba con las operaciones nacionales, lo que reduce las posibilidades de que disminuya la calidad o se produzcan retrasos en la innovación. Las empresas pueden supervisar la producción y aplicar los cambios con mayor eficacia. Países como Polonia, la República Checa y Hungría también han realizado importantes inversiones en infraestructuras y formación de la mano de obra, lo que los convierte en destinos atractivos para la deslocalización de fábricas. Y aún tiene la opción de quedarse en Europa, pero fuera de la normativa de la UE, si decide trasladar su fábrica a Serbia, Macedonia del Norte o Bosnia y Herzegovina. Rentabilidad sin comprometer el control La externalización puede parecer una opción rentable, pero sus riesgos financieros y operativos a largo plazo superan claramente el ahorro a corto plazo. Por el contrario, la deslocalización de fábricas en los PECO permite a las empresas ahorrar costes sin los riesgos asociados a la externalización. El talento de los países de Europa Central y Oriental está dispuesto a trabajar a un precio mucho más bajo que el de Alemania. Sin embargo, posee el mismo o incluso mejor nivel de conocimientos técnicos y moral laboral. Esto permite a las empresas alemanas reducir los gastos operativos sin sacrificar la calidad y el control. Por ejemplo, Polonia ha visto aumentar la inversión extranjera de empresas alemanas debido a sus competitivos mercados laborales, su sólida base industrial y sus bien desarrollados enlaces de transporte con Europa Occidental. Ventajas normativas y gestión del cumplimiento Los países de Europa Central y Oriental ofrecen una sólida alineación normativa con las estrictas normas de la UE. A diferencia de los principales destinos de subcontratación, los países de Europa Central y Oriental se adhieren a estrictas normas de seguridad de datos, laborales y medioambientales para garantizar que las empresas alemanas sigan cumpliendo los altos estándares exigidos por los mercados europeos y mundiales. Esto es especialmente importante para las industrias con propiedad intelectual sensible o requisitos reglamentarios estrictos, como la fabricación de automóviles o aeroespacial. Al trasladarse a la CEE, las empresas alemanas pueden mantener el cumplimiento de la normativa de la UE, minimizando los riesgos legales y operativos al tiempo que garantizan que sus innovaciones permanezcan protegidas. Mitiga los riesgos potenciales Alemania, antaño líder de la industrialización, atraviesa ahora una fase de desindustrialización, lo que preocupa a las empresas por los riesgos y contratiempos potenciales. El coste de producción está aumentando

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