La transformación de la IA suele enmarcarse como una actualización tecnológica.
Nuevas herramientas, sistemas y proveedores.
En realidad, es una de las transformaciones de liderazgo más exigentes a las que se enfrentarán las empresas en la próxima década.
En este episodio de Conversaciones en la sala de juntas, Bohuslav Lipovsky habla con Dra. Eva-Marie Muller-Stuler, uno de los científicos de datos más respetados de Europa y reconocido líder mundial en inteligencia artificial, sobre lo que realmente significa la transformación de la IA para los ejecutivos, los consejos de administración, las oficinas familiares y los líderes interinos.
Su mensaje es claro.
La transformación de la IA no consiste en sustituir a las personas.
Se trata de si los líderes están dispuestos a adaptarse con la suficiente rapidez.
Aquí está el podcast completo.
De las matemáticas al liderazgo en la transformación de la IA
El viaje de Eva hacia la transformación de la IA comenzó mucho antes del actual ciclo de expectación.
Con formación en matemáticas, informática y negocios, creó los primeros equipos de ciencia de datos e inteligencia artificial de Europa en el ámbito de la consultoría, mucho antes de que la IA se convirtiera en un tema de debate en las salas de juntas. Más tarde, dirigió importantes iniciativas de transformación de la IA en IBM en mercados internacionales, incluido Oriente Medio.
En aquel momento, combinar las matemáticas, la programación y los conocimientos empresariales parecía poco convencional. En retrospectiva, se convirtió en la base para una transformación escalable de la IA.
La IA no vive aislada.
Solo se crea valor cuando la tecnología, los datos y los modelos de negocio están conectados.
La IA se está acelerando más rápido de lo que esperan los líderes
Uno de los temas más recurrentes en la conversación es la velocidad.
La IA no avanza de forma lineal.
Se está acelerando exponencialmente.
Eva recuerda cómo las predicciones sobre la inteligencia artificial general se fueron reduciendo, pasando de décadas a años, hasta llegar a los escenarios realistas a corto plazo actuales. Lo que antes era teórico ahora es operativo, y las herramientas de IA generativa están transformando la forma en que las personas programan, escriben, analizan y toman decisiones.
La transformación de la IA ya no es un tema de debate futuro.
Ya está transformando el trabajo diario en todas las funciones.
El reto es que la gobernanza, la regulación y la capacidad de liderazgo van a la zaga de la tecnología.
¿Por qué las oficinas familiares y el capital privado están rezagados?
A pesar de su solidez financiera, muchas oficinas familiares y empresas de capital privado siguen siendo lentas en la transformación de la IA.
A Eva le parece sorprendente.
Aunque estos inversores suelen respaldar a empresas tecnológicas, sus propios modelos operativos siguen dependiendo en gran medida de la intuición, los procesos tradicionales y la toma de decisiones manual.
Identifica tres áreas en las que la transformación de la IA podría generar un valor inmediato:
- Búsqueda de inversiones y diligencia debida
- Creación de valor en la cartera y estrategias de reestructuración
- Gestión interna del conocimiento y previsión
La transformación mediante la inteligencia artificial permite a las empresas avanzar más rápido, reducir los sesgos y tomar decisiones mejor informadas, pero muchas dudan debido a la resistencia cultural más que a las barreras técnicas.
La cultura es el verdadero cuello de botella en la transformación de la IA.
La tecnología rara vez es la parte más difícil.
Las personas son.
Eva destaca que la transformación de la IA requiere un cambio cultural en toda la organización, desde el director ejecutivo hasta el asistente. Herramientas como Copilot, la automatización y los sistemas predictivos cambian radicalmente la forma de trabajar, de tomar decisiones y de medir la productividad.
El miedo es la emoción dominante.
Los empleados se preocupan por la relevancia.
Los ejecutivos se preocupan por la pérdida de control.
Los recursos humanos tienen dificultades para redefinir las funciones con la suficiente rapidez.
La transformación de la IA fracasa cuando los líderes subestiman lo profundamente que desafía la identidad, no solo los flujos de trabajo.
¿Nos sustituirá la IA? La pregunta equivocada
La pregunta que Eva escucha con más frecuencia es sencilla.
¿Nos sustituirá la IA?
Su respuesta es matizada.
La IA no sustituirá a las personas.
Pero las personas que se nieguen a aprender serán sustituidas.
Incluso los puestos que antes se consideraban seguros, como los desarrolladores de software, están siendo transformados por herramientas generativas que aceleran la codificación, las pruebas y la optimización. El valor pasa de la ejecución al pensamiento crítico, el juicio y la dirección.
Los sistemas de IA tienen alucinaciones.
No están libres de errores.
Requieren supervisión humana.
Los ganadores de la transformación de la IA serán aquellos que aprendan a trabajar con ella, cuestionen sus resultados y la apliquen de forma responsable.
Por qué los líderes interinos son importantes en la transformación de la IA
La transformación mediante la IA es difícil de liderar internamente, especialmente cuando las organizaciones carecen de experiencia previa.
Eva destaca por qué los gerentes interinos desempeñan un papel fundamental:
- Aportan experiencia en distintos sectores.
- Operan al margen de la política interna.
- Pueden cuestionar rápidamente las suposiciones.
- Ayudan a definir qué es realmente bueno.
Muchas empresas fracasan al contratar líderes internos de IA porque no pueden evaluar adecuadamente la calidad. Sin conocimientos técnicos, los consejos de administración y los directores generales tienen dificultades para evaluar a los candidatos y, a menudo, seleccionan perfiles inadecuados.
Los líderes interinos con experiencia reducen este riesgo al acelerar la configuración, la gobernanza y la ejecución temprana.
La regulación genera confianza, no miedo.
Eva cuestiona enérgicamente la idea de que la regulación frena la innovación.
Ella compara la IA con la aviación.
La gente vuela porque existen normas de seguridad.
La misma lógica se aplica a la transformación de la IA.
Los marcos claros en torno a la explicabilidad, el sesgo, la transparencia y la rendición de cuentas generan confianza entre los inversores, los consejos de administración y la sociedad. Sin confianza, la adopción a gran escala se estancará.
La IA responsable no es opcional.
Es un requisito previo para una transformación sostenible.
La diversidad no es opcional en los equipos de IA
Una de las ideas más llamativas del debate es el papel de la diversidad.
Los sistemas de IA reflejan a las personas que los crean.
Los equipos homogéneos crean puntos ciegos.
Eva comparte ejemplos reales en los que los primeros sistemas de IA no lograron reconocer voces femeninas, tonos de piel más oscuros o grupos demográficos no dominantes. No se trataba de fallos técnicos, sino de fallos de diseño humano.
La transformación de la IA sin diversidad amplifica los sesgos en lugar de reducirlos.
Lo que deben hacer ahora los directores generales
El consejo de Eva a los directores generales que están considerando la transformación mediante la IA es directo.
No empieces solo, subcontrates a ciegas o retrases el aprendizaje.
Los líderes deben:
- Definir una hoja de ruta realista para la IA.
- Invierta primero en la calidad de los datos.
- Mejorar sus propias habilidades, no solo las de los equipos.
- Ofrecer orientación experta desde el principio
- Desarrollar la capacidad interna con el tiempo.
La transformación mediante la IA no consiste en convertirse en una empresa tecnológica. Se trata de seguir siendo relevante en un mundo en el que la velocidad y la calidad de la toma de decisiones determinan la supervivencia.
El futuro pertenece a quienes siguen aprendiendo.
Eva concluye con una advertencia y una garantía.
La era de aprender una vez y ejecutar para siempre ha terminado.
El aprendizaje continuo es ahora un requisito para el liderazgo.
Aquellos que se adapten prosperarán.
Los que se resistan se quedarán atrás.
La transformación de la IA no es una amenaza.
Es un espejo.
Refleja si los líderes están dispuestos a evolucionar.


