La deslocalización está aumentando, ya que las empresas manufactureras están devolviendo la producción a sus países de origen. Este cambio se debe a factores como el aumento de los costes laborales en los países en desarrollo y las tensiones geopolíticas que perturban las cadenas de suministro. Aunque la deslocalización fue popular a finales de los años setenta debido a los menores costes, los consumidores de hoy en día dan prioridad a la calidad y el origen sobre el precio, lo que hace de la deslocalización una opción atractiva.
La deslocalización ofrece ventajas como un mejor control de la calidad, una respuesta más rápida a los clientes y un impulso a la economía local. Pero también conlleva retos y riesgos.
Esta entrada del blog explorará lo que implica la deslocalización, las oportunidades que presenta y los posibles escollos que hay que tener en cuenta.
¿Qué significa deslocalizar?
El reshoring es el restablecimiento de los sistemas de fabricación y producción de cualquier empresa desde instalaciones extranjeras a su país de origen. Este proceso concreto también suele denominarse onshoring, inshoring o backshoring. El proceso es exactamente lo contrario de deslocalizaciónen cuyo caso, la fábrica en cuestión se traslada a otro lugar fuera del país de origen.
Devolver las operaciones de fabricación a casa mejora la eficiencia al acercarse más a los consumidores.. En el proceso, también ayuda a reducir el coste total de producción. En un frente más amplio, la deslocalización contribuye a reforzar la economía nacional al generar nuevas oportunidades de empleo.
Principales ventajas de deslocalizar una planta de fabricación
El traslado de una planta de fabricación al país de origen de la empresa conlleva una plétora de ventajas y oportunidades. Analicemos las principales ventajas de la deslocalización:
Mayor ahorro de costes
La deslocalización ayuda a las empresas a conseguir mayores ahorros de costes. Esto es posible gracias a la reducción de los costes de transporte por la mayor proximidad al mercado y a los consumidores. El reshoring también permite a las empresas manufactureras librarse de los costes asociados a determinados aranceles internacionales, barreras comerciales y problemas de incumplimiento. Las empresas se benefician del aprovisionamiento local de materiales para una producción más rápida, mayor eficiencia, mejor calidad y costes reducidos.
Control de calidad superior
Una de las ventajas más destacadas de la deslocalización es el mayor control de calidad que permite, lo que permite a las empresas supervisar y dirigir los procesos de producción con mayor eficacia. Devolver la producción a casa da a las empresas más control y visibilidad sobre los pasos de fabricación. Esto garantiza que se cumplan o superen sistemáticamente las normas de calidad. Esta proximidad también facilita la identificación y resolución inmediatas de cualquier problema que surja, reduciendo así el riesgo de defectos y mejorando la fiabilidad general del producto. La deslocalización también fomenta una colaboración más estrecha entre los equipos de producción e I+D, lo que les permite trabajar en tándem y acelerar la innovación. Esto conduce al rápido desarrollo de nuevos productos y a la mejora de los existentes, lo que supone una ventaja competitiva.
Mayor resistencia de la cadena de suministro
Trasladar las plantas de fabricación al país de origen mejora significativamente la resistencia de la cadena de suministro al mitigar los riesgos asociados a las largas y complejas cadenas de suministro internacionales. Esto se traduce en una menor vulnerabilidad a los retrasos en los envíos, los plazos de entrega elevados, la escasez y las interrupciones frecuentes. La producción nacional minimiza la dependencia de proveedores extranjeros, garantizando un suministro estable de materiales y productos.
La mayor proximidad al mercado permite a las empresas responder con rapidez a los cambios en la dinámica del mercado y las demandas de los clientes, lo que se traduce en una mayor flexibilidad y agilidad.
Y lo que es más importante, la reducción de la distancia entre la producción y los consumidores acorta los plazos de entrega y mejora la capacidad de ampliar o reducir las operaciones en función de la demanda en tiempo real, mejorando así la eficacia y la capacidad de respuesta de la cadena de suministro en su conjunto.
Ventajas económicas y sociales
Trasladar las fábricas al país de origen ayuda a crear oportunidades de empleo de alta calidad, lo que estimula la economía local y contribuye al crecimiento del PIB.
Invertir en la producción local apoya a las comunidades, reduce el desempleo y fomenta la estabilidad económica.
Esencialmente, la deslocalización de las operaciones de fabricación no sólo genera beneficios económicos, sino que también ayuda a las empresas a alinearse con los valores sociales y éticos, reforzando la percepción de su marca y su posición en el mercado.
Riesgos y retos de la deslocalización de la producción
Junto a abundantes beneficios, la deslocalización de la producción también presenta ciertos riesgos y retos que requieren un tratamiento rápido. Si se ignoran, la decisión de deslocalizar la producción de una fábrica puede ser catastrófica para sus operaciones de fabricación. Comprendamos los riesgos y retos asociados a la deslocalización de fábricas:
Escalada de los costes laborales
Incluso a pesar del reciente aumento de los costes laborales en los países en desarrollo, los salarios medios siguen siendo inferiores a los de los países desarrollados. No todos los países ofrecen oportunidades favorables de deslocalización. Si su empresa está en Alemania, Francia, Reino Unido o Estados Unidos, la deslocalización podría perjudicarle económicamente. Esto se debe principalmente a que los costes laborales en estos países serán significativamente más altos que en las ubicaciones deslocalizadas. Otro reto crítico de esta decisión empresarial es lidiar con las complejas leyes laborales y los sindicatos de trabajadores. Considere la posibilidad de trasladar su fábrica más cerca de los mercados clave de Europa del Este o los Balcanes para contar con mano de obra cualificada y reducir costes.
Elevada inversión de capital inicial
La deslocalización requiere una importante inversión de capital para instalaciones de fabricación nuevas o actualizadas, infraestructuras y avances técnicos. Los gastos operativos, como los inmobiliarios, los servicios públicos y otros, son comparativamente más elevados en los países desarrollados que en los principales lugares de deslocalización. Consulte a expertos para planificar de forma rentable y eficiente la ubicación de su nueva fábrica desde el primer día.
Interrupción de la producción
El traslado de una planta de fabricación es un proceso que requiere mucho tiempo y que puede causar posibles interrupciones durante el periodo de transición. Además, sus empleados necesitarían tiempo adicional para adaptarse a los nuevos procesos, sistemas y ubicaciones, lo que contribuiría a aumentar el tiempo de inactividad. Para mitigar este riesgo, puede contar con la ayuda de un gestor interino experto en traslados de fábricas. Gracias a su inmensa experiencia y a sus conocimientos demostrados, estos gestores pueden ayudar a evitar interrupciones de la producción, reducir el tiempo de inactividad y garantizar una transición sin contratiempos.
Normativa y cumplimiento de la legislación
Al deslocalizar la producción al país de origen, tendrá que lidiar con la normativa local en materia de medio ambiente, salud y seguridad, que suele ser más estricta que en los lugares de deslocalización. Su empresa también necesitará los permisos y licencias necesarios para operar sin trabas. Si no está familiarizado con los requisitos legales de la nueva ubicación de su fábrica, se encontrará con algunos problemas importantes. Siempre es una mejor decisión hablar con expertos que se ocupen del traslado de plantas de fabricación en esa ubicación geográfica concreta.
¿Cómo evaluar las oportunidades de deslocalización?
Se requiere un análisis exhaustivo para evaluar si la deslocalización de la planta de fabricación es la decisión correcta para su empresa. Hay que analizar ciertos factores, comparar la elevada inversión inicial con los beneficios a largo plazo y tomar una decisión que satisfaga a las partes interesadas y a los empleados.
Para ayudarle a empezar, hemos enumerado algunos factores importantes que debe tener en cuenta antes de decidir si opta por deslocalizar su producción manufacturera.
- Analizar costes y beneficios: Comparar el coste y los beneficios de la deslocalización con las operaciones deslocalizadas existentes. A continuación, calcule el rendimiento de la inversión en deslocalización.
- Compruebe la compatibilidad estratégica: Evalúe si la deslocalización se ajusta a los objetivos estratégicos de la empresa y garantiza la sostenibilidad a largo plazo. Para ello, puede evaluar factores fundamentales como el acceso al mercado, las oportunidades de expansión y el comportamiento de los consumidores.
- Evaluar la cadena de suministro: Investigar el impacto de la deslocalización en la eficacia y la capacidad de respuesta de la cadena de suministro. Desarrolle un plan sobre cómo la deslocalización puede mitigar los riesgos de la gestión de su cadena de suministro.
- Evaluar el impacto general: Predecir y analizar el impacto de la deslocalización en los empleados actuales y en la gestión y planificación de la mano de obra. Además, comprender el impacto de este traslado en la comunidad local. Además, busque posibles incentivos y subvenciones gubernamentales.
3 pasos para deslocalizar con éxito una planta de fabricación
Deslocalización de la producción es un procedimiento complejo que implica varias fases clave. Descuidar cualquiera de estas fases repercutirá negativamente en sus operaciones de fabricación, provocando la insatisfacción de las partes interesadas, los empleados y los clientes. Aquí hemos analizado los tres pasos principales que intervienen en el éxito de un proceso de deslocalización de una planta de fabricación:
Desarrollo del plan inicial
El procedimiento comienza con la fase de elaboración de estrategias. Hay que realizar un análisis exhaustivo de los posibles beneficios y riesgos, ultimar la decisión, elegir el emplazamiento y elaborar un plan de transición claro. Debe incluir metas y objetivos bien definidos, estimación y asignación presupuestaria, y plazos e hitos. Implique a las principales partes interesadas en esta fase, forme un equipo que le ayude con la deslocalización y siga una estrategia de comunicación eficaz para lograr la máxima transparencia.
Ejecución: Transición e instalación
Una vez completada la fase de planificación, es hora de ejecutar meticulosamente el plan para que la transición sea un éxito, seguida de la instalación en la nueva ubicación. Incorpore en este paso las actualizaciones de la tecnología de fabricación avanzada y la automatización, pero no olvide formar a sus empleados al respecto.
Revisar, controlar y optimizar
Esta es la fase orientada a la acción, en la que debe revisar a fondo si la transición ha ido según lo previsto. Puede recabar la opinión de sus empleados y partes interesadas para identificar áreas de mejora. Una supervisión constante y las optimizaciones necesarias aumentarán la eficiencia de sus operaciones de fabricación, lo que se traducirá en mayores beneficios.
Última palabra
Si está planeando trasladar una planta de fabricación a su país de origen, debe tener en cuenta todos los factores implicados antes de tomar la decisión final. Dado lo desalentador del proceso, a veces puede parecer abrumador. Al fin y al cabo, tiene una empresa que dirigir. Si se cansa intentando gestionar todos los aspectos de sus operaciones, será su cuenta de resultados la que se resentirá. Por eso le recomendamos que busque la ayuda profesional de gestores interinos expertos. Son las personas más indicadas para guiarle en la planificación adecuada, el análisis de la ubicación, la transición fluida, la incorporación de personal y la optimización de procesos. Utilizan una lista de comprobación específica para el traslado de fábricas que garantiza el éxito de la transición. El traslado de una fábrica puede ser complejo, pero las empresas de gestión interina simplifican el proceso.
Cuando se trata de soluciones expertas de gestión interina, CE Interim destaca como la primera opción. Nuestros experimentados gestores interinos están especializados en facilitar transiciones fluidas y optimizar la eficiencia operativa, desde la planificación estratégica hasta la ejecución.
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