Los 7 principales retos de la cadena de suministro de la industria química en las guerras comerciales

Retos de la cadena de suministro

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Pocos sectores se enfrentan a una perturbación mundial más intensa que la industria química, y su retos de la cadena de suministro están montando.

Desde los productos farmacéuticos y la agricultura hasta la electrónica y la construcción, casi todos los productos modernos dependen de los productos químicos en algún punto del proceso. Pero detrás de la ciencia se esconde una cadena de suministro estrechamente entretejida y globalmente interdependiente, que se resquebraja fácilmente bajo la presión geopolítica.

Y nada acentúa tanto esa red como una guerra comercial.

Desde las batallas arancelarias entre Estados Unidos y China hasta las renovadas tensiones en 2024 entre las principales economías, las guerras comerciales han conmocionado a la industria química. Aumentan los costes, limitan el acceso, ralentizan la logística y siembran la incertidumbre.

En este artículo, exploramos los siete retos más críticos de la cadena de suministro a los que se enfrentan los productores químicos durante las guerras comerciales, y cómo las empresas inteligentes se están preparando para la próxima oleada.

1. Aumento de los costes operativos por las tarifas

Las guerras comerciales no se libran con misiles, sino con aranceles. Y para las empresas químicas, el coste es asombroso.

Durante la guerra comercial entre EE.UU. y China, EE.UU. impuso aranceles sobre $15.400 millones de productos químicos y plásticos chinos. China tomó represalias con aranceles sobre $10.800 millones en las exportaciones químicas estadounidenses.

Eso fue sólo el principio.

En 2024, las nuevas amenazas arancelarias sobre las exportaciones estadounidenses a Canadá ($29,5B), México ($27,6B) y China ($14,7B) empujaron a los productores mundiales al modo de supervivencia. Estos costes erosionan la rentabilidad, especialmente de las empresas estadounidenses, antes impulsadas por el gas de esquisto de bajo coste.

Los productores tienen tres opciones: absorber las pérdidas, repercutir los costes a los clientes o abandonar los mercados clave. Ninguna es indolora.

2. Escasez de materias primas e interrupción de la producción

Los fabricantes de productos químicos no sólo exportan productos acabados, sino que importan materias primas esenciales, sobre todo productos intermedios especializados.

Cuando las barreras de la guerra comercial afectan a estos insumos, toda la cadena se rompe.

Los fabricantes de productos químicos estadounidenses que dependen de productos intermedios chinos encontraron pocas exenciones arancelarias en 2019. Se concedieron menos de 20% de solicitudes de exclusión. ¿Cuál es el resultado? Desabastecimientos, retrasos y paradas de producción en general.

Las restricciones impuestas por China a los metales de tierras raras -esenciales para todo, desde catalizadores a polímeros- no hicieron sino agravar la situación.

Sin estrategias de aprovisionamiento multirregional, estas dependencias de un único punto se convierten en grandes lastres.

3. Caos logístico y aumento de los costes de envío

Las guerras comerciales no se limitan a los aranceles. Conllevan inspecciones, papeleo, controles de exportación y desvíos de carga, lo que añade tiempo y costes.

En 2022, 97% de los fabricantes estadounidenses de productos químicos modificaron sus operaciones debido a perturbación del transporte. Más de la mitad tuvo que reducir la producción debido a los retrasos en la llegada o salida de las mercancías del puerto (encuesta ACC).

Algunos se desviaron por rutas con aranceles, sólo para enfrentarse a precios más altos o plazos de entrega más largos. Para un sector basado en la entrega "justo a tiempo" y en el cumplimiento de la normativa sobre cargas peligrosas, los retrasos logísticos no son sólo un inconveniente, sino que suponen un lastre económico.

4. Pérdida de acceso a los principales mercados de exportación

Los aranceles no sólo aumentan los costes, sino que bloquean puertas.

Durante el enfrentamiento entre EE.UU. y China, China impuso aranceles sobre $10.8B de las exportaciones químicas estadounidenses, reduciendo las ventas casi de la noche a la mañana. Aunque existen mercados alternativos, suelen ofrecer márgenes más reducidos y una logística más complicada.

Y no se trata sólo de China. A partir de 2024, destinos clave como Canadá y México también se vieron atrapados en fricciones comerciales transfronterizas.

Los sectores dependientes de la exportación, como el químico, simplemente no pueden prosperar en un mundo en el que el acceso mundial está en retroceso.

5. Cambio constante de las cargas de cumplimiento

Las guerras comerciales crean un blanco regulador móvil.

Lo que hoy es conforme puede no serlo mañana. Las empresas químicas ya gestionan normas complejas como REACH (UE), TSCA (EE.UU.) y GHS (mundial). Cuando a las fricciones comerciales se añaden controles repentinos de las exportaciones, cambios en las cuotas o restricciones por represalias, el cumplimiento de la normativa se convierte en una lucha a tiempo completo.

Todo cambio exige:

  • Nuevos trámites
  • Revisión jurídica
  • Ajustes operativos
  • Recualificación del personal

Para muchas empresas medianas, estos costes no son sostenibles sin ayuda externa.

6. La previsión se convierte en una apuesta

Suben los aranceles. Caen los pedidos. El suministro se retrasa. Entonces bajan las tarifas. Predecir la demanda en este clima es una misión imposible.

En 2022, 35% de las empresas químicas declararon cancelaciones de clientes debido al retraso en las entregas o a la incertidumbre (ACC). Algunas empresas produjeron en exceso y se quedaron con existencias invendibles. Otras produjeron de menos y perdieron cuota de mercado.

En cualquier caso, la volatilidad de la cadena de suministro convirtió la planificación en conjeturas.

7. La urgente necesidad de replantearse las cadenas de suministro

Los días en que se dependía de una ruta, una región o un proveedor han pasado a la historia.

Durante el colapso comercial entre EE.UU. y China, algunas cadenas de suministro de productos químicos vieron Reducciones 90% en el rendimiento. Los supervivientes respondieron:

  • Materias primas de Vietnam e India
  • Trasladar la producción más cerca de los mercados
  • Creación de rutas de suministro duplicadas para evitar puntos únicos de fallo

Pero es más fácil decirlo que hacerlo. Requiere inversión, planificación y un cambio de mentalidad: de la eficiencia a la resistencia.

💬 "Dejamos de optimizar solo por el coste. Ahora optimizamos por flexibilidad".
-Director General de una empresa mundial de especialidades químicas

Más allá de las siete grandes: Presiones cibernéticas y de sostenibilidad

No se detiene en los aranceles.

Las guerras comerciales ponen a prueba sistemas ya de por sí limitados, exponiéndolos a nuevas vulnerabilidades:

  • Riesgos de ciberseguridad aumentan a medida que las empresas adoptan herramientas digitales bajo presión sin las debidas salvaguardias.
  • Cumplimiento de la sostenibilidad (como el Green Deal de la UE) añade capas superpuestas de normativa, lo que exige doble diligencia en la contratación y la logística.

¿En resumidas cuentas? Las cadenas de suministro del sector químico no sólo son globales, son frágiles. Y las guerras comerciales les afectan donde más duele.

¿Qué se puede hacer? Del pánico a la preparación

CE Interim ha trabajado con clientes del sector químico de toda Europa y Norteamérica para hacer frente a estos retos. Esto es lo que hemos visto hacer:

✅ Diversificar las fuentes de materias primas antes de que lleguen los aranceles
✅ Desplazamiento de las rutas de carga y almacenamiento más cerca de los mercados de destino.
✅ Implantación de herramientas avanzadas de previsión (y formación del personal para utilizarlas).
✅ Contratación de líderes interinos para responder rápidamente a nuevos regímenes de cumplimiento o a fallos de los proveedores.

Un proyecto dirigido por CE Interim ayudó a un productor de polímeros de tamaño medio a reubicar 40% de su abastecimiento de China a México en menos de 5 meses, protegiéndolo de $12M en aranceles previstos.

Conclusión: Las guerras comerciales ya no son un shock, son la nueva normalidad

Las cadenas de suministro de productos químicos se diseñaron para la estabilidad. ¿Pero el mundo geopolítico en el que viven ahora? Cualquier cosa menos eso.

Los aranceles, los cambios de política y las medidas de represalia forman ya parte permanente del comercio mundial. Para la industria química, la supervivencia depende de la flexibilidad, la redundancia y la resistencia.

No se trata de construir muros, sino de crear opciones.

No espere a la próxima guerra comercial.

Hable con CE Interim y despliegue líderes provisionales que puedan preparar su cadena de suministro químico para el futuro antes de que sea demasiado tarde.

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